El primer
viñedo en las Américas fue plantado en la región de la Bahía de Ocoa por los
exploradores españoles en el siglo XVI.
De acuerdo a los archivos históricos,
Hernán Cortés fundó la ciudad de Azua, donde cultivó la uva durante seis años
antes de emprender la conquista del imperio azteca.
Los agricultores
locales centraron sus atenciones en los cultivos de frutas tropicales y
hortalizas, y por 500 años, la vid se dejó de cultivar. Hoy, Gabriel Acevedo
reintroduce el arte y la ciencia de la viticultura a la Bahía de Ocoa, con
resultados sorprendentes de acuerdo a expertos internacionales. Los vinos que
se están produciendo en este terroir dominicano son excepcionales.
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